Pensada en un espacio donde recibir y convivir.
La cocina se convierte en el núcleo de la casa, y adopta formas estéticas propias del salón con elementos como las vitrinas, las cuales aportan profundidad a la estancia, a la vez que resultan muy prácticas para guardar la vajilla o exponer objetos decorativos. Su sistema de iluminación interior transforma el mueble en una fuente de iluminación indirecta.
La isla, con capacidad y almacenaje suficiente para concentrar las áreas de cocción y aguas, se convierte en el punto de unión entre ambos espacios.
Por otro lado, la zona de columnas alberga todos los electrodomésticos y permite aumentar todavía más las posibilidades de almacenaje.
El mobiliario en acabado cashmere en combinación con los acabados en madera nogal tierra, presente en detalles como el interior de la columna escamoteable o las vitrinas, ayudan a unificar el diseño de cocina y salón comedor.
El resultado es una mayor sensación de amplitud libre de barreras visuales.