Cuando pensamos en una cocina profesional, enseguida pensamos en el horno. Es una pieza clave para conseguir grandes platos, pero todavía sigue siendo un pequeño desconocido para la mayoría de nosotros. Hornos a vapor, con función microondas, compactos… hoy nos proponemos despejar algunas de las dudas que hay explicaros brevemente los diferentes tipos de hornos que podemos encontrar en el mercado. ¡No renuncies tan pronto a la cocina!
Según su forma de limpieza
Pirolítico
En líneas generales, convierte todos los restos de comida en cenizas. Consiste en un programa de limpieza que, alcanzando altas temperaturas (unos 500 grados) durante un tiempo prolongado, permite retirar los restos carbonizados con un trapo húmedo. Atrás quedaron los tiempos en los para limpiar el interior del horno había que dedicar horas y horas.
Hydroclean
Se trata de otro sistema de limpieza más corto que el anterior. Si la pirólisis decimos que carboniza la suciedad, este sistema reblandece los restos. ¿Cómo funciona? Hay que dejar el programa de limpieza durante unos 25 minutos con un poco de agua en el interior del horno, de tal forma que el agua al evaporarse permite que sea más fácil desprender la suciedad con una bayeta.
Según sus funciones
Horno convencional
Es el más sencillo, el horno de “toda la vida”. Consta de dos resistencias eléctricas, una arriba y otra abajo que se encargan de repartir el calor. A la hora de cocinar únicamente tendremos que determinar la temperatura de cocción y el tiempo. Se tratan de hornos más económicos pero generalmente con una peor eficiencia energética, pero a pesar de su sencillez con un poco de vigilancia por nuestra parte podremos conseguir una gran variedad de platos.
Horno multifunción
Si bien es cierto que con un horno convencional podemos obtener resultados muy sabrosos, debido a sus limitaciones no podemos cocinar algunos platos más sofisticados o elaborados. Es aquí donde entra en juego el horno multifunción. Como su nombre indica, cuenta con distintas opciones y funciones para cocinar, teniendo un mayor control sobre el proceso de cocción. Ya no solo puedes elegir la temperatura y el tiempo, también puedes seleccionar el tipo de cocción, la textura o incluso la jugosidad.
Otra de sus ventajas es que a diferencia de los hornos convencionales, cuentan con un ventilador en la parte trasera que permite crear un circuito de aire caliente en el interior para conseguir un reparto del calor más homogéneo.
Además, hay hornos multifunción que también tienen función microondas o vapor. Os los explicamos a continuación.
Horno con microondas
El horno es el electrodoméstico idóneo para conseguir ciertos resultados en la cocina, pero si cocina de forma conjunta con un microondas, estaremos cocinando a otro nivel. La principal ventaja de este último es la rapidez con la que consigue calentar los platos. Al fusionar estos dos electrodomésticos en uno, podremos lograr una cocción y horneado tradicional en menor tiempo. En resumen, se tratan tres aparatos en uno: lo puedes usar como sólo horno, en modo microondas o combinar ambas posibilidades sacando su máximo partido.
Horno 100% vapor
Si buscamos tendencias en la cocina, sin duda una de ellas es la de cocinar a vapor. Se trata de una cocción que se asocia la “cocina sana”, ya que al cocinarse únicamente con vapor, los alimentos mantienen su frescura, sabor y nutrientes.
Estos hornos consiguen crear un entorno de cocción con vapor 100%, ya que la temperatura máxima de cocinado es 100%, y el vapor se aplicará constantemente durante todo el proceso. Como resultado, platos en los que se intensificará el sabor manteniendo las propiedades de los alimentos.
Horno a vapor combinado
A diferencia de los hornos 100% vapor, en estos modelos el vapor funciona como complemento perfecto a la cocción tradicional. El aporte de vapor no será constante, sino que se generará en momentos puntuales durante el proceso de cocción. Seremos nosotros los que en función del plato que estemos cocinando elegiremos el intervalo e intensidad con la que se inyectará la humedad dentro del horno. Si por ejemplo estamos preparando un bizcocho, recurriremos a una intensidad baja. O si estamos preparando un pescado asado, para conseguir mayor jugosidad necesitaremos una intensidad de vapor mayor.
Sin duda, tendremos unos platos con un interior más jugoso y un exterior mucho más crujiente.
Con toda esta información esperamos haberos ayudado a despejar algunas dudas. ¡Que vuestro horno no os impida convertiros en unos profesionales de la cocina!