Si atendemos a las últimas tendencias, las vitrinas son uno de los muebles más recurrentes en interiorismo. De suelo a techo, suspendidas, con iluminación interior o cristales estriados, sus posibilidades son infinitas. A diferencia de épocas anteriores en las que se limitaban al espacio de la cocina, ahora invaden nuestros salones y rincones más especiales de nuestras casas. Además, ya no son sólo un mueble de almacenaje, son también una forma estupenda de aportar luminosidad y ligereza al espacio. Si estás pensando en incorporar una vitrina en tu cocina o salón, ten en cuenta antes que no todo vale. Os dejamos algunos consejos que debéis seguir a la hora de planificarlas y diseñarlas. ¿Empezamos?
Evita vitrinas demasiado altas
Si las vamos a diseñar como un mueble alto de cocina, hay que situarlas siempre a una distancia con la que queden a la altura de nuestra vista. Si las colocamos demasiado altas o bajas, perderemos la posibilidad de que se luzca el interior.
Del mismo modo, si queremos unas vitrinas que vayan de suelo a techo, ¡cuidado con los techos altos! En primer lugar, ten en cuenta que una puerta acristalada tiene un máximo de altura posible. En el caso de las vitrinas de Santos es de 273cm. Y aunque sea cristal, los muebles excesivamente altos pueden acortar visualmente la sensación de altura de los muebles altos.
Apuesta por contrastes
Las vitrinas aportan un toque rompedor con el resto del mobiliario. Busca un acabado interior que contraste con el resto. Por ejemplo, si tienes una cocina blanca, puedes planificar el interior de las vitrinas con alguna madera. O si tienes un mobiliario en el que predominan los colores oscuros, puedes hacer el interior en algún acabado marmoleado o veteado que resalte sobre el resto. Hay todo un abanico de posibilidades y acabados posibles.
Añade iluminación
Si algo tienen en común todas las vitrinas, es su capacidad de destacar todo lo que guardamos en su interior. Y para ello, no hay mejor opción que incorporar iluminación en su interior. Pueden ser unas tiras led colocadas estratégicamente debajo de cada balda, o bien en los costados de la propia vitrina. Puedes elegir entre encenderlas de forma manual con interruptor o colocar un sensor para que se enciendan al abrir las puertas. Un último consejo, elige luces cálidas. Conseguirás un ambiente más acogedor y agradable.
Evita cristales ácidos o templados
Este tipo de cristales aportan poca ligereza, además de ocultar el contenido interior. Si estás pensando en un cristal de este tipo, tal vez sea preferible recurrir a una puerta ciega. Si no estás convencida de un cristal transparente, puedes recurrir también a un cristal estriado o ranurado. Además, puedes elegir también acabados ahumados o tipo fumé con los que lograrás sin ninguna duda un resultado más que elegante.
Dos últimos consejo que te damos: no utilices las vitrinas para almacenar lo mismo que guardarías en unos cajones o despensa cerrada y, opta si es posible por una vitrina a medida. Hay multitud de diseños y opciones entre las que poder elegir adaptándose a tus gustos, preferencia y a las medidas exactas del espacio que vayan ocupar. ¡No dudes en consultarnos si estás pensando en unas vitrinas!